Con los nombres de "tumor" o "cáncer", se conoce en la medicina tradicional mixteca a un padecimiento crónico, generalmente de la piel y de los músculos subyacentes, de aspecto desagradable y de difícil curación. Los terapeutas que con mayor frecuencia atienden esta enfermedad son los curanderos, los hierberos, las parteras y los adivinos.
Todos los informantes consultados coinciden en destacar que la principal causa de la aparición de un tumor es "un mal golpe que se deja hacer viejo". El cáncer es, en consecuencia, una complicación de una herida o un golpe que no ha recibido la atención adecuada (V. cáncer de muerto).
El enfermo presenta la zona afectada "hinchada y caliente", siente un dolor intenso, y a veces el tumor despide mal olor.
El terapeuta llega al diagnóstico mediante la observación de la zona enferma y un interrogatorio al paciente.
La mayoría de los métodos empleados para tratar el cáncer consisten en aplicaciones externas, sobre la zona lastimada, de cataplasmas de hierbas curativas; las terapias a veces se acompañan de la ingestión de un té preparado con las mismas plantas.
La cataplasma se puede preparar de varias maneras. En una de las recetas consignadas se utiliza manteca o grasa de tejón, untada en una "hoja" de cebolla, la cual se aplica sobre el tumor; el mismo efecto se consigue mezclando la grasa con café y aplicando de la misma manera. En otra terapia se usan hojas mojadas de hierba del cáncer, las cuales se colocan formando una gruesa capa de modo que cubra todo el tumor. También se prepara un té de la planta, hierviendo tres o cuatro ramitas en medio litro de agua; se toma medio litro cada dos horas. En un tercer tratamiento, la cataplasma se prepara untando una hoja de buchicate con aceite de comer, e impregnándola con humo de ocote. Con estos tratamientos se espera que disminuya la hinchazón, salga la "podre", esto es, el mal, y se reduzca el tumor hasta desaparecer. Durante los tratamientos se aconseja evitar el consumo de carne de puerco.
Los terapeutas recomiendan curar a tiempo cualquier golpe o herida recibida; de lo contrario, el paciente corre el riesgo de perder algún miembro, si el cáncer se encuentra localizado en un brazo o una pierna. El tumor es un padecimiento que puede afectar a cualquier persona. No tiene variaciones estaciónales.