Mal de orines Chatu cha ya ya yo. Riñones. Dolor de riñones
El padecimiento conocido por los habitantes de las regiones mixtecas con los nombres de mal de orín u orines, "riñones" y dolor de riñón, es una afección frecuente de la población adulta, la cual acostumbra solicitar, para su tratamiento, los servicios de curanderos, hierberos y adivinadores.
Es una enfermedad de calidad caliente que surge por causas que producen una acumulación de calor en el cuerpo del sujeto, calor que desencadena el padecimiento. Así, puede ser originada por: trabajar mucho en el campo cuando pega fuerte el sol; no bañarse, es decir, no refrescarse cuando hace mucho calor; o bañarse inmediatamente después de haber ingerido un alimento muy caliente. Ciertas causas guardan relación con el consumo frecuente de bebidas consideradas muy calientes, tales como el café con mucha azúcar. Por último, el dolor de riñones aparece si el sujeto no bebe suficiente agua.
Todos los terapeutas consultados coinciden en destacar que el enfermo de "riñones no puede orinar", "orina poco", o "dilata más en orinar", en caso de tratarse de una persona mayor; además, presenta "dolor de cintura", es decir, un malestar localizado en la región lumbar: "la persona no se puede agachar"; asimismo, "el olor de la orina es muy fuerte"; a veces el "color de la orina es oscuro" y el paciente siente ardor al orinar.
La mayoría de los terapeutas llegan al diagnóstico por medio de un interrogatorio, ya que los síntomas que se presentan en el mal de orines son indicativos de esta enfermedad.
Los tratamientos son numerosos, y todos ellos tienen el propósito de "limpiar el riñón" y de "destapar el caño" del enfermo. En ellos, por lo general, se utilizan plantas medicinales, ya sea en forma de decocción o colocadas a manera de emplasto. Varias de las preparaciones incluyen jugo de limón, cuyo propósito es disolver aquello que está obstruyendo los conductos urinarios. Ciertas plantas se utilizan solas; otras, en cambio, integran complejas recetas; salvo excepciones, siempre van administradas como agua de tiempo. Algunas veces, el tratamiento también comprende masajes practicados en el vientre, con el fin de ayudar a la remoción de los elementos que impiden el libre paso de la orina (V. cerrada de orines). Entre los recursos vegetales empleados encontramos: el agua de coco tierno, tomada en dosis de un vaso, una vez al día; cocolmecate hervido; dos o tres cañas de jabalí hervidas en dos litros de agua; dos o tres raíces de pegajosa hervidas en un litro de agua; infusión de cabellos de elote o de hierba de la golondrina, preparada con el jugo de dos limones en un vaso de agua, y endulzada con miel. Una preparación más compleja es la siguiente se hierven durante cinco minutos, en dos litros de agua, diez hojas de tlachichinole, de tres a cinco rosetas de doradilla, un manojo apretado de pelos de elote y uno de tallitos de cola de caballo; se toma como agua de tiempo (V. encino blanco, pingüica, pericón, diente de león, huele de noche, chacualala).
Algunos terapeutas consignaron el siguiente tratamiento: se lava muy bien un huevo criollo, se pone en un vaso se le agrega jugo de limón hasta cubrirlo completamente, y se deja durante la noche al sereno. Al día siguiente el cascarón se ha deshecho y ha dejado una membrana, la cual se rompe; el contenido "se bate como chocolate", se cuela y se toma en ayunas durante nueve días; se descansan cinco días y se repite la terapia. Se aconseja hacer el tratamiento tres veces para una total recuperación.
En varias localidades, los terapeutas acostumbran tratar el padecimiento usando ciertos animales, tales como el grillo y la "cochinita" -pequeño crustáceo terrestre, "que tiene forma de gusano, gordo, vive en lugares húmedos y cuando se toca se hace bolita"-. Se muele un ejemplar de cada animalito, y se mezcla con un vaso de orina de niño; se toma una copa chica cada ocho horas. La terapia incluye una sobada de vientre, también cada ocho horas. A veces, se aplica cáscara de cacahuanano con un huevo de guajolote en la región de la vejiga, con la intención de quitar calor a esa zona y desinflamarla.
Para que la terapia tenga éxito el paciente debe observar una dieta: comer verduras tales como papas, calabacitas, berro y col; tomar sólo té de limón o de tila y bastante agua, para desinflamar la vejiga. Al mismo tiempo se le recomienda no tomar café, ni refresco; sólo sidral o bebida de manzana.
Si el enfermo no recibe atención médica, la enfermedad se agudiza y puede morir. El mal de orines afecta a la población adulta, sin distinción de sexo.