La "cintura abierta" es otra de las enfermedades originadas por accidentes. Se produce cuando un sujeto sufre un fuerte "sentonazo" o caída de asentaderas, golpe que le "abre la cintura"; esto quiere decir que el accidente afecta principalmente a los músculos y huesos de esa región anatómica. En las mujeres ocurre con más frecuencia durante las "peleas, por golpes lanzados por el marido a la altura de la cintura" de su esposa (V. aflojada de cintura).
El enfermo afectado de cintura abierta manifiesta un intenso dolor en la zona de la espalda a la altura de la cintura, sobre todo en "la colita" (coxis), dolor que prácticamente le impide sentarse; cuando el paciente intenta hacerlo, el dolor se desplaza hacia el pubis, haciéndose "embraguerado en el empeine". Las mujeres, además de los síntomas anteriores, presentan una fuerte hemorragia vaginal, sin importar la edad, la cual poco a poco las va debilitando.
Para establecer el diagnóstico, el terapeuta acuesta boca abajo al paciente y le revisa la cintura, para precisar la intensidad del dolor que presenta; la palpación también le permite determinar "que la colita está abierta en dos"; el especialista afirma que cuando la cintura está abierta, el dedo puede penetrar a la altura del coxis, maniobra que produce un dolor agudo en el paciente.
Aunque todos los síntomas que presenta el enfermo indican que la región anatómica afectada es la "cintura", el tratamiento empleado para la curación lleva implícita la idea de que el golpe recibido ha comprometido todo el cuerpo del sujeto.
El tratamiento es complejo y comprende varios procedimientos articulados. Lo primero que el terapeuta hace es una "cernida", en la que toma a la paciente por los brazos y le da varias sacudidas "para que se le vaya acomodando la cintura; luego le coloca un "parche de cintura" y enseguida una faja con el objeto de que los huesos y músculos de la parte afectada se vayan cerrando. A continuación acuesta a la paciente de lado, de modo que las rodillas le queden "juntas y empalmadas", y procede a "apretarle la cabeza" como si tratara de juntarle los huesos; después da una sobada desde los "nervios" (músculos) del cuello, hombros y cintura, hasta los nervios de las piernas (V. cuaresmilla).
El enfermo que sufre este padecimiento requiere no sólo de una atención oportuna, sino que además debe contar con la ayuda de un especialista que conozca el tratamiento adecuado para su curación. La cintura abierta es peligrosa sobre todo en las mujeres por la fuerte hemorragia con que va acompañada, misma que las debilita rápidamente. Se recomienda a las mujeres cuidarse de no levantar cosas pesadas, ya que sus "huesos son más débiles, porque están como cascarón, de nada se estrellan".