El término enlechado designa una causa de demanda de atención que se presenta en los niños de pecho o lactantes, y que en las comunidades otomíes atienden las parteras-hierberas. Como su nombre lo indica, la expresión "enlechados" se refiere a los bebés a quienes la leche materna les produce "diarrea, vómito y estrujamiento"; esta última palabra es un sinónimo de "desguanzamiento".
El tratamiento consignado por los terapeutas es el siguiente: "se llena de leche del pecho materno un cascarón vacío de huevo de gallina; se le pone enseguida un pedacito de tequezquite, unos dos pétalos de rosas de Castilla y se coloca en la lumbre hasta que hierva"; se le dan al niño dos cucharaditas del preparado cada 24 horas, por sólo dos días. Con esto se logra que el bebé acepte la leche materna y que los síntomas de la enfermedad desaparezcan.
Si un bebé enlechado no es atendido, el vómito, la diarrea y la imposibilidad de alimentarse lo debilitan al punto que puede morir. Por lo general, el tratamiento de la enfermedad es conocido por las mujeres otomíes, quienes lo aplican con frecuencia sin solicitar los servicios de los terapeutas. Sólo cuando se presenta en forma muy aguda, las madres solicitan la ayuda del especialista.