El padecimiento de nombre bilis, es una causa de demanda de atención frecuente de los pobladores de las regiones otomíes. Se le considera como "un mal que se va juntando en la vesícula" por diversas causas de orden emocional, como los corajes "por insultos con los vecinos, y "los sentimientos" (V. muina).
Según la opinión de los informantes, se trata de una afección crónica, que se manifiesta sólo después que el sujeto ha "juntado la enfermedad" durante un tiempo -los otomíes dicen que se forma una piedra en la vesícula-; entonces comienza a tener la boca amarga y seca, pierde el apetito, se siente constantemente enfadado, y recuerda "los motivos de su coraje" de manera continua; todo esto le provoca un intenso dolor de cabeza y frecuentes estados de desesperación.
El tratamiento empleado con más frecuencia para curar la bilis tiene la finalidad de eliminar la "piedra" que está provocando los malestares; consiste en la administración de hiel junto con un cocimiento preparado con una molleja de gallina: se lava bien una molleja, se pone a hervir hasta que se deshaga y, mientras tanto, se lava un saquito de hiel "hasta quitarle toda la suciedad"; el enfermo debe ingerir "un cachito" de hiel con un trago del cocimiento. La terapia se debe hacer una vez al día, durante el tiempo necesario hasta lograr que el paciente "arroje la piedra, deshecha como arena negra", lo cual constituye el indicio de su completa curación. El tratamiento puede durar de uno a dos meses. Los terapeutas otomíes afirman que este tratamiento para la bilis es muy efectivo "porque los gallos comen piedras y la molleja las destruye".
Si el paciente que sufre de bilis no se atiende, "se le carga mucho la vesícula, y se puede romper; entonces el doliente tendrá que operarse con los médicos de la clínica", aseguran los informantes.
Existen varias formas de prevenir la aparición de la enfermedad: "ser socarrón (guasón-burlón), que no le den coraje las cosas, y no desesperarse", así como comer bien, "para que los corajes no se acumulen"; de este modo la enfermedad no se presenta "con mucha fuerza". Por último, se recomienda tomar una cucharadita, antes de cada comida, de un jarabe que se prepara con pesto chiquito, estafiate, simonilla, naranja agria, cuasia, prodigiosa, anís de estrella, canela, tepozán blanco y miel de colmena (V. flor de mayo, coscotomate, azumiate y jarilla).
Los terapeutas consideran que la bilis es más común en la población femenina adulta, seguramente como consecuencia de los numerosos problemas cotidianos, dentro y fuera del hogar, que la mujer debe enfrentar en la vida diaria.