Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
La Medicina Tradicional de los Pueblos Indígenas de México
Zoque-Popoluca.
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Descripción de demandas
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Descripción de demandas

Embarazo, parto, puerperio

Como en la mayor parte de los grupos indígenas del país, entre los zoque-popoluca la atención al embarazo, el parto y el puerperio constituye una de las causas de demanda de atención más frecuentes de la población femenina en edad reproductiva de sus comunidades, la cual es atendida por las parteras, el especialista tradicional a quien competen ese tipo de tareas. A juicio de estas terapeutas, el estado de embarazo se puede determinar a partir del mes y medio o del segundo mes de ocurrida la concepción. Para confirmar este estado la partera soba el vientre de la mujer, y "se siente, cuando se toca, una bolita como de naranja", aseguran.

Debido a las características de las actividades que desempeña la mujer zoque-popoluca, aunadas al tipo de medio ambiente que la rodea, la embarazada con frecuencia corre el riesgo de sufrir un aborto, situación que la lleva a consultar a la partera. La amenaza de aborto es tratada mediante la administración de un preparado de plantas medicinales que incluye "cabecitas de perejil" y tres "guillas" de chayote blanco, del que "se le dan tres tomas; con eso es suficiente", dicen las informantes. El tratamiento incluye la recomendación de guardar reposo absoluto los primeros días, así como de no hacer esfuerzos ni caminar mucho una vez que la mujer pueda reiniciar sus actividades.

El aborto se produce como consecuencia de caídas o golpes, accidentes que son sobre todo peligrosos entre el segundo y el tercer mes de embarazo (V. congelo). En estos casos, la partera actúa de la manera siguiente: primero soba a la paciente (V. masaje) y a continuación le coloca un rebozo "bien ceñido en la cadera"; enseguida le administra un té peparado con una planta de nombre amor seco o ichnantza, como se le conoce popularmente; se hierven tres "cabezas de la hierba y se le da a tomar bien caliente". Si "la planta no se consigue", entonces se pueden utilizar semillas molidas de calabaza, hervidas en agua con azúcar. La paciente debe reposar durante cinco días.

Las condiciones socioeconómicas de la población de las áreas indígenas conducen a la aparición frecuente de estados de desnutrición, especialmente peligrosos para las mujeres embarazadas. De esta manera, "vienen mujeres muy débiles de la sangre; hay algunas que incluso apenas se embarazan, les empieza a bajar la sangre y se ponen anémicas", manifiesta una partera (V. anemia). Frente a estos casos, las terapeutas recomiendan tomar algún medicamento de patente como el Vital fuerte, el Prenatal o la Calanda, hasta los ocho meses de gestación, "para que agarre fuerzas", manifiestan. Un fenómeno que a veces sucede en ciertas mujeres, es la aparición de sangrado vaginal unos ocho días antes del parto; la terapia indicada en estos casos consiste en la administración de un té elaborado con hojas de aguacate y canela, para inducir el vómito a la paciente; "después, la mujer se recupera y ya está lista para el parto", señalan las terapeutas. Otros preparados de utilidad para detener el sangrado son: el cocimiento de raíz de bejuco de madre; la estrella de mar matza, molida y mezclada con agua; un té de nazareno (V. Brosimum alicastrum) y tres ramitas de romero, especialmente indicado en los casos de una fuerte hemorragia. Algunas parteras aconsejan tomar tres tabletas de Prodolina o colocarse una inyección de Ergotrate.

Durante los días previos al parto, la mujer no debe hacer muchas fuerzas "en balde"; por el contrario, debe tratar de reposar y de estar tranquila. Las visitas regulares que la enferma ha hecho a la partera, evitan que a la hora del parto el niño venga en mala posición, pero si este no es el caso, se acomoda mediante sobadas una vez iniciado el proceso de parto (V. acomodar al niño). Generalmente, la mujer es asistida por la partera en su propia casa. Cuando el niño nace, se acostumbra darle una "palmada al corazón para que jale aire". Después se espera a que salga la placenta; si tarda en desprenderse, la partera recurre a la práctica habitual entre las terapeutas tradicionales, de dar a la paciente un té muy caliente y luego aplicar una sobada (V. masaje).en el vientre con ayuda de alguna pomada o aceite de calidad caliente (V. frío-calor).

Finalizado el alumbramiento, la atención de la terapeuta se centra en evitar cualquier posible hemorragia en su paciente, así como en cuidar la aparición de dolores del posparto, los cuales, se cree, surgen por frialdad. Para hacer desaparecer este tipo de molestias, se administra a la puérpera un preparado medicinal elaborado con raíz de martina (suts epasuts), siete semillas de partolote, algunos granos de pimienta gigante (puc suc) y siete clavos "de comida"; antes de tomarlo, se le disuelve una tableta de chocolate; "con este té la mujer agarra calor", afirman las parteras (V. frío-calor). Las hemorragias del posparto también se tratan con preparados medicinales a base de especies vegetales, entre ellos, el que se elabora con hojas de laurel, raíz de colmena, hojas de maguey morado y cáscara de palo rojo, o con nazareno (V: Brosimum alicastrum), colorín, cáscara de cornezuelo, guanábana y palo gusano.

Los primeros días la partera también vigila al niño y controla que defeque y orine normalmente. Si han pasado dos días y el recién nacido aún no ha orinado, entonces aplica el procedimiento siguiente: muele semillas de cundeamor, les pone agua caliente y coloca el preparado a modo de emplasto sobre el vientre, en la zona de la vejiga del menor. Una de las situaciones que suelen presentarse con cierta frecuencia en estas comunidades, es el nacimiento de niños bajos de peso; la solución adoptada por las parteras ante este problema, es la de suministrarles "vitamina de aceite" durante 75 días.