Anono, chirimolla, chirimollo, palo de chirimoya, zapote coron; Michoacán: atís, atesh, atish; Oaxaca: tzon te chkia tzonjndya; Puebla: lamatzapotl (náhuatl), a´xit kiwi, cuauhzapot, kilpu´jaka; Veracruz: yati, y´ati.
La chirimoya es un arbusto o árbol pequeño de 5 a 9m de altura. Las hojas comúnmente angostas en los extremos, tienen el anverso de la hoja casi sin pelos y en el reverso son peludas. Las flores son verdosas y están solitarias o en pares. Los frutos son globosos, con pequeñas ondulaciones, la pulpa es blanca y las semillas son negras.
Planta originaria de América tropical que habita en climas cálido, semiseco, seco y templado entre los 700 y los 2600msnm. Está asociada a matorral xerófilo y bosques mesófilo de montaña, de encino y mixto de pino-encino.
Esta especie se usa popularmente para tratar la diarrea, tanto en los estados del centro de la República Mexicana, como en Michoacán y Veracruz. Aunque también se le usa en otros padecimientos gastrointestinales como infección intestinal, vómito, flatulencias, úlceras, y además, como purgante.
Grupos indígenas mixes, totonacos y zapotecos, entre otros, conocen la disentería con los nombres de pujo, diarrea con moco o disentería: que por la apariencia de las heces la clasifican en disentería blanca, negra o roja; esta última cuando hay presencia de sangre. Las causas que la propician son de diversa índole: por frío o calor; consumir alimentos descompuestos o sucios; comer frutas verdes, ácidas o agrias; tomar agua cruda; enfriamiento del cuerpo o producirse por corajes, sustos, malpasadas, etc. Se presenta principalmente en niños entre 5 y 14 años.
Los síntomas son: palidez, desgano, tristeza, decaimiento, mareos, fiebre, dolor e inflamación del estómago, cólicos, sed y resequedad de la piel, pujo y escalofríos.
En el tratamiento es importante el factor frío-calor que produjo la enfermedad, que lleva a emplear plantas contrarias a la naturaleza de la temperatura causante del mal, para recuperar la salud.
Incluyendo a la chirimoya, todas las plantas empleadas para curar la disentería se preparan en té, infusiones o decocciones, excepto la higuerilla y el florifundio ya que la primera es purgante y la segunda contiene alcaloides, por lo que se aplica en forma externa como antiinflamatorios. En algunos casos se combinan ya que algunas plantas tienen propiedades antiespasmódicas y otras sedantes. Muchas se administran como agua de tiempo para la hidratación o mezcladas con medicinas de patente como terramicina, enterobioformo, sulfadiacina, o con coca cola o alkaseltzer.
El empacho como se le conoce entre diversos grupos indígenas, es una enfermedad del aparato digestivo, que afecta principalmente a niños entre los 2 y los 6 años. Existen diversos tipos de empacho según la presencia o ausencia de diarrea y su intensidad: "aguado, seco, leve, ligero y fuerte". Y según las causas puede ser "empacho por frío, calor, susto, coraje", entre otros. Los síntomas que se presentan son "dolor de estómago, sofocación, ojos hundidos, sonido hueco, vómito, fiebre y hasta caída de mollera. El ombligo duele y late".
El tratamiento que dan los mixes, totonacas y zapotecos consiste en hacer infusiones de diversas plantas, purgantes, sustancias con sales, acompañadas de sobadas, para estimular el plexo solar. En este caso el paciente se pone boca abajo y el curandero presiona con la palma de la mano la columna vertebral, desde el sacro hasta el cuello, después tira de la piel en la misma zona hasta que "truene" el empacho (V. tronar el empacho).
Para el empacho seco se dan tés de hierbabuena y mirto y tres tejas hechas cenizas, tequezquite, carbonato y aceite para facilitar la digestión. En ocasiones la manzanilla reemplaza a la hierbabuena, complementada con romero verde y canela; el aceite puede ser sustituido por manteca. Puede darse también té de epazote que sirve para desparasitar.
Si bien ciertas plantas se administran solas (hierbabuena, árnica, raíz de ciruela y anona), también para curar el empacho se utilizan mezclas complejas con diferentes plantas, sales y cenizas. Se administran en ayunas acompañándose de masajes en el estómago con hojas de la planta llamada hoja santa. Se usan asimismo, la higuerilla y el floripondio, frotando sus grandes hojas en el abdomen y región sacrolumbar. Se coloca la parte externa o se machaca y mezcla con aceite de oliva o manteca, poniéndola donde está el empacho, después de "tirar el cuerito del enfermo".
Se utiliza ampliamente a la chirimoya en enfermedades del sistema respiratorio como en casos de tos, resfríos, para los bronquios (V. bronquitis), gripe y pulmonía.
Las hojas son la parte de la planta que más se emplea, estas se asan y se aplican localmente en los casos de diarrea; se les pone unto (grasa de marrano) y se colocan sobre la hinchazón producida por golpes o torceduras; para las descomposturas, a las hojas se les unta "vaporub" o sebo de chivo y se caldea (aplicar remedios calientes sobre la piel) la coyuntura enferma.
Las semillas también son empleadas en la preparación de remedios: tostadas y molidas, vertidas en un vaso con agua, se toman como vomitivo; sin cáscara y molidas, aplicándolas directamente sobre la cabeza, sirven para quitar la caspa.
El susto es una enfermedad cultural en la que la eficacia simbólica juega un rol importante, su tratamiento no se puede reducir sólo al efecto de los componentes biológicos, psicológicos o conductuales. Como orígenes del "susto", se pueden mencionar: encuentros súbitos, caídas accidentales, amenazas, presenciar muertes violentas, transitar por lugares peligrosos, el contenido de ciertos sueños, extraviarse, violación de normas sociales, dependiendo de la localidad donde se presenta. El "susto" es la pérdida de la entidad anímica y puede ocasionar hasta la muerte. En ocasiones se vincula con la brujería, la envidia o corajes, en este sentido puede ser natural o sobre-natural, si el susto se da por la aparición de duendes, muertos o fantasmas, etc.
Los síntomas son: falta de apetito, decaimiento, frío en las extremidades, dormir mucho o insomnio, inquietud en el sueño, palidez, tristeza, angustia, desmayos, hipersensibilidad, fiebres leves, dolor de cabeza y de corazón y síntomas que se pueden asociar a algún padecimiento como la úlcera, presión, diabetes o bien, derivar a alguna de estas enfermedades.
El tratamiento se basa en tés o pelotillas (compuesto de plantas medicinales administradas por vía rectal), baños de temazcal, limpias o almohadas de plantas, hasta remedios de patente, procedimientos físicos y rituales.
Entre los totonacos, los sustos leves se curan a través de ceremonias adivinatorias. Ante un altar de imágenes católicas se hacen oraciones, sahumerios, limpias, ingestión de plantas, cambios en la dieta y en general procedimientos de eficacia simbólica que activan mecanismos de autocuración y favorecen la reintegración o readaptación sana del sujeto al grupo.
Para el susto fuerte se confecciona una "ofrenda grande", que se realiza en casa del terapeuta, donde hay un altar con imágenes y en el lugar donde el enfermo perdió su alma, a la cual debe volver a trasladarse (V. pérdida del alma). En caso de que esté muy grave, los familiares lo transportan a casa del curandero, donde se quedará hasta que finalice la ceremonia principal; las otras curas, si son necesarias, se harán en casa del enfermo.
La ofrenda grande lleva doce o trece muñecos confeccionados con masa de maíz imitando el sexo del paciente, de los cuales uno de mayor tamaño es vestido con trozos de tela de alguna prenda del enfermo. El curandero se traslada al sitio de donde el individuo se asustó y en la tierra marca una cruz sobre la que vierte aguardiente, recoge el polvo de los cuatro extremos y centro de la cruz; se ponen flores de cempasúchil, se encienden velas y los muñecos se distribuyen. El curandero grita el nombre del enfermo pidiéndole que vuelva a convivir con su viejo o vieja. Al recuperar el alma, se arrojan doce o trece monedas al río y el muñeco de mayor tamaño, si el susto sucedió en al agua o cerca de ella, como pago al agua y relevo de la entidad anímica. Si fue en el monte, el muñeco es enterrado al lado de la cruz, devolviendo a la tierra un sustituto del alma del enfermo. La tierra recogida al dibujar la cruz es llevada a casa pues servirá para el primer baño del enfermo. Ya concluida la ceremonia, el curandero regresa a su domicilio y allí hace otro complejo ritual.
La tierra recogida se mezcla en agua y es frotada al enfermo por todo el cuerpo, luego se le limpia y se inician los masajes, que se dan en forma de cruz. Se repite la ceremonia doce o trece veces, según el sexo del enfermo. Los días subsecuentes se repite el procedimiento en casa del paciente pero sólo con dos o tres masajes con cempasúchil, ajo, aguacate oloroso, tabaco, cedro. Se sigue con unas oraciones escogidas de acuerdo al tipo de susto y puede hacerse una promesa a San Juan Montero, dueño de los cerros; a San Cristóbal, si fue en el mar; a San Jorge, si el susto fue de víbora; a Santa Mónica, si fue de lumbre o cocina.
La ofrenda grande se da al curandero. Si el susto evoluciona sin complicación, se repiten los baños, plantas y/ o medicamentos de patente.
Por otra parte, se le usa para apresurar el parto y como abortiva; para curar granos, como desinfectante y antipirética, además, en enfermedad de los riñones, y hay quienes la usan para ahuyentar chinches y matar piojos.
Francisco Hernández en el siglo XVI relata "el cocimiento de la corteza, aplicado en gotas a la nariz o a los oídos, dicen que quita el dolor de cabeza, de dientes y de ojos".
Es hasta el siglo XX, cuando Maximino Martínez refiere nuevamente su uso como insecticida y para la pulmonía. En este mismo siglo, la Sociedad Farmacéutica de México, la refiere como emetocatártica, insecticida y para la neumonía.
A. cherimola se caracteriza por la presencia de alcaloides de isoquinolina, los cuales se han detectado en sus hojas, semillas y corteza del tallo en las que coinciden la anonaína y la liridenina. Además, de la corteza del tallo se han aislado la anolobina, asimilobina, el n-metil-derivado, coridina, coripalmina, discretamina, glaziovina, laniginosina, lisicamina, nuciferina, tetrahidro-palmitina, nor-ushinsunina, xilopina, iso-boldina, reticulina y estefilidina, estos tres últimos también están presentes en la hoja. En este último órgano se han identificado también los alcaloides corituberina y nor-nanteína; y los flavonoides quercetín, iso-quercitrosido y rutín. Y en la semilla se han detectado otros alcaloides no-isoquinolínicos, cafeína y celeistopholina, y el esterol daucosterol.
La actividad antibacteriana de esta planta no parece ser muy significativa, ya que, a pesar de haberse obtenido respuesta positiva frente a algunas bacterias en los ensayos in vitro, ésta se ha reportado como débil Sin embargo, se ha obtenido respuesta positiva frente a las especies de bacterias como Staphylococcus aureus y Mycobacterium phlei, en ambas casos al evaluar un extracto de cloroformo preparado con hojas secas de la planta, así como también con una fracción aislada de alcaloides totales. En este último caso, la respuesta obtenida para la actividad bacteriana se ha reportado como más fuerte que la obtenida con el extracto clorofórmico.
Este extracto y la fracción de alcaloides también fueron evaluados frente a la levadura Candida albicans, pero con esta especie solamente se observó respuesta positiva con la fracción de alcaloides totales.
Se demostró además, el efecto estimulante uterino de un extracto etanólico preparado de semillas secas y evaluado in vitro con útero de cobayos.
Se ha reportado la actividad antibiótica de la fracción de alcaloides totales aislada de las hojas de la planta.
Un extracto acuoso caliente preparado con semillas, resultó ser venenoso para peces dorados, observándose un tiempo de sobrevivencia de 220 minutos después de haber sido administrado.
Algunos autores reportan que esta planta es tóxica.
Annona cherimola es una planta originaria de América de la cual se han demostrado las actividades antibióticas de las hojas sobre Staphylococcus aureus microorganismo patógeno involucrado en infecciones respiratorias y C. albicans, involucrada en afecciones de la piel, además de la acción estimulante uterina. Esto valida aquellos usos en que interviene un proceso infeccioso con los microorganismos mencionados y la segunda acción, valida el empleo de la planta como promotor del parto.
CHAPA, CIESASO, CODAGEM, ENCB, FCME, IEM IMSSM, IZTA, MEXU, UAG, XAL.
Botánica. Cabrera J. y cols. 1991; Cano G. 1979; Castro A. 1988; Cedillo E. 1990; Chino S. y Jacques P. 1986; Evangelista V. y cols. 1991- García F. 1984; Ghislaine F y Neiis F. 1979; Sentíes A. 1984; Suárez C. 1990 Tapia F. 1985; Torres J. 1984.
Etnobotánica. Cabrera J. y cols. 1991; Cano G. 1979; Castro A. 1988´ Cedillo E. 1990; Chino S, y Jacques P. 1986; Evangelista V. y cols. 1991; García I. 1984; García S. 1984; Ghislaine D. 1979; Instituto de Ecología 1991; Mata S. 1983; Sentíes A. 1984; Suárez C. 1990; Tapia F. 1985; Torres J. 1984; Villamil C. y Avendaño S. 1990.
Antropología. Zolla, C. 1988
Historia. Hernández, F. 1959 (1571-1576); Martínez, M. 1969 (1934); Sociedad Farmacéutica de México. 1952.
Química. Tanteri B. 1947; Ríos J. L. 1989; Simeón S. 1989; Villar A. 1984, 1985; Villar Del Fresno A. 1983, 1983.
Farmacología. Aguilar A. y Zolla C. 1982; Lozoya M. y Lozoya X. 1980; Villar del Fresno A. y cols. 1983.
Principios activos. Lozoya X. 1982.
Toxicidad. Aguilar A. y Zolla C. 1982; Spies J. 1933.